Farewell

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Es difícil describir lo que siento en las despedidas. No es tristeza ni felicidad y la indiferencia es lo que menos se asoma; todo lo siento con el poder de las cosas que están a punto de suceder.
La insistencia del nudo que hace años anidó en mi garganta sigue diciéndome que algo esta en espera.
Parece que la vida a veces no es esta, es otra, la que se encuentra a la vuelta de los días.
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Uno de esos días maravillosos en los que Dios estaba de buenas
le dió por inventar el piano. Vio que sus menos eran demasiado
grandes para tocarlo, y fue entonces que nos inventó :)




Suiza y lo que salió

.....Zürich. 2008

.El frío dice cosas que no se escuchan pero que se sienten y calan.
.Como quien presiente una sequía, la ciudad guarda emociones sobre su piel de fuego inverso. La vida se retrae para conservar el calor en su núcleo.
.El agua congelada quiere envolverlo todo para darle un beso infinito, para atrapar el suspiro de la vida que pronto irá hacia el posible olvido.
.Los árboles se visten de los colores más hermosos para después desnudarse de a poco hasta reducir sus historias a un silencioso latir en el mero centro de su tronco.

St Galler. 2008

.El invierno es como una semilla que en otros tiempos ha de florecer.
.El año nuevo me sabe a un momento perfecto para reflexionar sobre los finales, eslabones misteriosos y necesarios.
.En la montaña el blanco lo es todo y nada, y el silencio lo comprueba.
.Frío, sabio consejero de la vida por encontrarse tan cerca de la muerte.

De hielo también esta hecha la vida.

Zermatt.2008

En la estación

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Cuando pasa un tren sin detenerse frente al andén, se siente una fuerza de furia que parece arrebatar algo, un ímpetu comparable al odio.
Inexplicablemente, a pocos segundo de haber pasado, llega la sensación de que aquella furia era necesaria y, entonces, se percibe un silencio renovador.
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Proyecto 28mm, de JR


Fotografía: JR


No un no como respuesta a esta vida de tragedia. No hay un no y la gente igual sueña, igual llora, igual ve morir, igual renace desde sus infiernos. No hay nada sin la favela, porque ellos son ella y si uno no existe, entonces no hay nada. En la favela Morro da Providencia -Río de Janeiro- la luz no calla y son las misma personas las que van dibujando el paisaje, dando colores y matices con sus penas y alegrías.

Cuántos días habrán de pasar para que se escuchen sus historias, que, aunque sufren, no deja de abrazar con la mirada. Hay pueblos que viven en los sueños, y no exactamente por que sean soñadores, sino porque simplemente la realidad no les alcanza para reír.

Entonces llega un extraño con cámara pegada al ojo, una nube de preguntas que se une a la tormenta de la favela. El lugar es visitado por el fotógrafo JR. Todo frente a su cámara pareciera llegar con el permiso de la pertinencia. La luz, que se sabe observada por ojos atentos, se pone sus mejores galas para bailarle, le ofrece holanes de vida y salpica todo de emoción con su amarillo de amor. La favela completa siente la presencia de un amigo que ha venido a visitar su esencia. El piso le saluda, el agua le canta, las fachadas se abren a su paso y las paredes le ofrecen su piel para que ahí sucedan cosas.

Desde lejos se ve como todo mira, el observador visto por el paisaje. Los ojos son de todos y las miradas están en las paredes.

Ahí vamos

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Hace treinta años me concibió mi madre Soledad Herrera. Mucho ha pasado desde aquel 78. Desde entonces he tratado de llamarme Daniel Molina. La vida nunca será la misma, todo cambia, y cuando digo “todo” incluyo, particularmente, a ese ente llamado “yo”.
Como es de imaginarse a los treinta a uno le da por auto cuestionarse la existencia, qué si los destinos, qué si las identidade. Con mi paisana perspectiva he convenido conmigo mismo que el actual Daniel Molina es un personaje traspapelado que alguna vez se le ocurrió a Michael Goundry. No se bien cuando ocurrió, pero un día se me metió por los ojos, le gustó mi vida, y se quedó en ella. Y no me quejo, para nada, aunque admito no es sencillo lidiar con una voz interna que invita a desconocer la lógica e imanta las confusiones, pero al final es divertido. A este personaje le atrae más inventar lo que sucede que pensar en lo que pasa. Qué le voy a hacer, le gusté para quedarse.

En fin, buena parte de mis virtudes son más de él que mías: curiosidad incansable, nobleza, facilidad para la magia, caballero respetuoso, testarudo, dormilón y hombre de buen apetito. No quisiera hablar de sus defectos (presiento está escuchando), me limito a presentarlo en sociedad con su mejor cara.

Daniel, el goundriésco, el mismo que ahora silva con un gesto inexpresivo y unos segundos después, con una caricia, cuenta que feliz está.

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Se recomienda precaución

Sweet Cherry Woman, Oxford Street. London 2008.

Las sonrisas en la calle son balas perdidas que no sabemos cuántos corazones han de atravesar.

Rectificaciones

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Hace unas semanas yo pensaba que a veces pasaba de todo, ahora no lo creo. Una vocecita de sabiduría llegó a reorientar mi idea, diciéndome que si, que a veces pasaba todo, siempre.

De acuerdo, lo mágico no está a simple vista, pero está ahí, siempre. Árboles, cielo, mujeres, hombres, atardeceres, música, luces y sombras, edificios, hormigas, odio, mentira, felicidad, enojo, ira, amor…El suceso más extraordinario es la vida, y esa está aquí, en todas partes, siempre.

El dilema consiste en que sólo de vez en cuando nos damos cuenta. Me es revelador y estimulante pensar que cada día escribimos una novela, que cada que estamos en una sala de espera interpretamos una pieza de teatro perfecta, que el olor de la mañana es un perfume magistral y que cada uno de nosotros, al librar un nuevo día, sorteamos batallas napoleónicas.

Me gusta pensar eso, que a veces todo pasa
SIEMPRE
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El mundo del Messenger

No sé por qué me desagrada tener en el Messenger nombres de personas con las que nunca cruzo letras (total, si están o no da lo mismo, nunca nos comunicamos). Pero me mal vibra.

Como quien acomoda su cuarto, hoy decidí depurar mi cuenta y deshacerme de los contactos con los que nunca platico.

Ciao mudos!

Click



Creo firmemente que la fotografía es una herramienta sobre valorada, recubierta de un halo sagrado llamado arte.

Créaseme o no, la fotografía es simple.

La inmortalización que crea una foto confunde a muchos, sugiriéndoles que ese hecho, en si, ya es arte. No necesariamente. Es como si aceptáramos que al trazar una figura o al decir una frase estuviéramos creando una obra de arte. No en todos los casos. Existe un gran trecho entre representación y figura artística.

Yo no encuentro gran diferencia entre fotografía y pintura, y a ésta última no se le confiere tanta faramalla. Simplemente quien es bueno pintando es un buen pintor y quien es malo ni se le menciona, y punto. Muy por el contrario, con la fotografía uno puede ser un consagrado con tan sólo registrar bellos paisajes, o colores intensos, o la vida diaria. De acuerdo, la vida es inmensamente bella, pero ¿A caso no hace falta interpretarla para llamar a eso arte? Resulta elemental tener una postura propia ante la imagen, de lo contrario la fotografía será un mero documento representativo, tal como una radiografía o un resonancia magnética. A mi me da un poco de pudor cuando alguien traduce un bello paisaje que he retratado en una obra de arte. No necesariamente. Para ser sincero la mayoría de las veces que he fotografiado un paisaje sólo me he sentido conmovido por lo que veo y entonces lo retrato. Acepto que ahí me pongo el traje de turista. La única diferencia entre el amateur y yo es que (algunas veces) yo poseo técnica y herramientas superiores, pero de ahí en fuera el impulso es el mismo. Hace falta un discurso, una postura frente a la imagen. Hagamos a un lado la técnica, ¿Qué es lo que hace buena una fotografía? Aquí caven todos los criterios como gente existe en este mundo. Una foto es buena si te mueve, punto. Y con ese “punto” pareciera que se acaban las discusiones y dilemas, pero muy por el contrario, se multiplican. No es lo mismo una disciplina artística a un gusto propio, no es lo mismo una afición a una profesión, pido de nuevo se traspase el problema a otra disciplina, como la arquitectura. En el Blog de Ojaral hay un post fantástico, Demoliciones, donde un hombre que sueña con catedrales decide construir una tomando como cimiento y estructura sólo su pasión y sueños. Ahí está el matiz, en el momento en que confundimos la magnesia con la gimnasia y decidimos que esa fotografía/fotógrafo que nos parece tremendamente buena la consagramos como un clásico. No necesariamente.

En estos tiempos en el que hacer fotografías se acerca cada vez más al simple hecho de ver (llegará el día en que con un solo parpadeo podamos tomar una fotografía), las imágenes demando algo más que simple estética y, al mismo tiempo, pide esta última que no se olviden de ella.

No se.

Hoy amaneció lloviendo

Yo ya sabía que la lluvia no siempre es triste, pero necesitaba de este día para cerciorarme de que el agua del cielo no siempre sabe igual. He necesitado de mis pasos mojados y el viento en la cara, del silencio de las calles, del recogimiento del paisaje, de los espejos de agua, de los locales cerrados, del gris del cielo, de la gente que camina y se resigna a empaparse, de las sombrillas tristes y de las alegres, de las chamarras de capucha y las manos en los bolsillos, del agua que no cesa, de la nostalgia que se esconde en los gestos de la lluvia. He precisado de este día para soltar mi propia tormenta, para sentir de nuevo porqué es que el frío a veces calienta el alma. Me gusta esta lluvia que insiste en mojarlo todo.



Vida de Moebius

Hace unos días mi querida amiga Arúgula me escribió diciéndome estar sorprendida por mi ¨capacidad de volver a empezar¨. Valla a saber. ¿En verdad soy capaz de eso? ¿Será que he tenido muchos comienzos? ¿A caso volver es mi manía? No lo se. La cosa es que Arúgula es muy inteligente, me conoce y aparte cuando ella habla dice más de lo que aparenta, este mismo comentario es de tres bandas: Capacidad. Volver. Empezar. Y no es casual que esto se le ocurra, ella sabe que a mi historia hay que agregarle el drama de los treinta otoños. Pues bien, en atención a mi bienestar emocional he llegado una conclusión: mi vida es una banda de Moebius (este video ayuda a entender la idea).
En esencia mi historia es como todas las demás: simple. Soy una tira de papel lineal que corre hacia delante. Pero el chanfle viene después al leerme entre los detalles, al descubrírme como un ordinario sin orden, como un seguro asiduo a lo grotesco, como un fan de los finales tristes, como el melancólico que soy, como un auténtico Mr Self Destruct que se sorprende al verse devorado por si mismo. Es entonces cuando Moebius aparece y me rescata con su teoría, me salva doblando mi vida y reencontrándola con su principio y, así, me da la oportunidad de volver a empezar. Ese soy yo, un camino con dos caras opuestas pero unidas por una vuelta, una historia que se va cortando por mitades pero que al final resultan siempre estar entrelazadas. Me gusta ser una banda de papel girada, siempre girada.

Las ventanas

Veo que me obsesiona el ver. No es sorpresa, me gano la vida viendo a través de una cámara. Hace dos semanas me encontré en el metro una mirada de asombro que lamenté no haber podido fotografiar. He vuelto al subterráneo con mi cámara. He recorrido la misma ruta, pero nada, la mujer de los ojos abiertísimos no aparece. Estoy sospechando que me la inventé. Pienso esa mirada fue sólo un pretexto para fijarme en otras tantas.

V&A


Hace poco, paseando por las calles con mi amiga Marcela, nos encontramos con una hermosa tienda donde vendían artículos de diseño. Le dije que me encantaban los muebles que ahí se vendían, que el único inconveniente era su precio. A ella también le gustaban, me dijo, sólo que nunca pensaría en tener uno, no por el precio sino porque son tan bellos que nunca los utilizaría.

Existen objetos que por su frágil constitución resulta lógica su condición de intocables, pero hay otros que por su misma naturaleza resulta casi increíble que se prohíba tocarlos, como en un museo, y no me parece que esté mal eso, sólo digo que es curioso que la ropa que hoy se usa, o la mesa que a diario sostiene los platos, en unos años valla a parar al Victoria & Albert Museum.

Detrás de cámaras

Esta es la imagen de una historia que cuenta otra histora que no sabemos si sucedió , pero que, seguro, volverá a pasar (para más detalles píquenle aquí ).

Hiistorias de aparador

Caminando hacia el parque me encontré con las ventanas de la tienda Selfridges. Me paré, les tomé fotos, fui al paque, se hizo de noche, regresé y ahora se las comparto.
¿Verdad que cuentan algo?

O.O

Ayer por la noche me trepé al metro con destino a Wimbledon. Todo iba normal hasta que se subió la mujer de la mirada de asombro.

Tenía los ojos muy abiertos, abiertísimos, y ni por descuido los cerraba. Sin pudor disparaba su escrutinio hacia todos lados. No era muy guapa pero tenía una mirada llena de admiraciones, que ciertamente decía mucho, y no con palabras, sólo con admiración !!!!!!! clarito se podía escuchar que salía de sus ojos. Juro nunca me había encontrado con descaro más intimidante. Sus ojos de linterna deslumbraban a todo el que se le quedara mirando, y te hacía voltear hacia otro lado, y parecía que ese desvió lo aprovechaba para seguir devorando detalles a mil por hora. Ojos imposibles. Y yo sin cámara…

Bien me acuerdo que se bajó en Stockwell. El próximo viernes, como a las 10 de la noche me daré una vuelta para probar suerte, a ver si con cámara de por medio le puedo sostener la mirada.

El bosque



La tranquilidad suele llevar por dos caminos, hacia la paz o la aburrición. Bueno, a mi me llevó por un tercero, la chamba.

Resulta que hoy tocó ir a la bodega donde la proveedora de mis quincenas guarda su legado. Hoy fui a Kent (poblado próximo a Londres) a la store de los recuerdos. Imaginar historia empaquetada: pintaras (cientos) cartas en cajas, máscaras de diseñadores, esculturas (!!!) reclamando ojos, grabados, telas... da pena que todo esté apartado, dormido junto a la nada. Me consuela que de todo tengo foto. Bueno, lo que me ocupa ahora no es exactamente lo maravilloso se esa bodega. Ayer, platicando con la entrañable amiga Irma Herrera, me pronosticó mi día. Me ha dicho que este viaje se le ha imaginado como si yo estuviese en un bosque mágico (como en una película que no he visto).

Al llegar a Kent no tuve más que recordar sus palabras. ¡Me sentí en un cuento! Aquí todo reboza de magia, pensé. Sólo faltan esas palabras de empatía. Tante gratzie!

Este día me gustó para estrenar

Son las siete. Ya casi es de noche y yo aun no me la creo. Hoy pasó mucha cosa buena.

Primero, Polly salió hacia Grecia de vacaciones por dos semanas, eso significa dos semanas de novedades, de paz, de disfrutar Londres de otra manera. La casa sin ella se siente diferente, libre. Poco después del desayuno, como a las 9 de la mañana, Polly ya se había ido. Alegre, sin perder la tranquilidad, me fui a mi cuarto, cogí el periódico y aproveché para leerlo a mis anchas en la parte central de la casa, el estudio, maravilloso espacio de techo alto y luz abundante.

Después de una plácida lectura me pasé a la computadora, a seguir leyendo, ahora blogs y correos. Hace unas semanas leo blogs. Algunos simplemente son geniales, Las historias baldías, Los escritos cortos, o El Arcángel Mirón para empezar. Bueno, el punto es que ya me había prometido sacar uno propio, y como yo me sentía con ánimos de novedad, pues me animé a sacarlo.

Ya sabía el nombre, se llamaría San Bloguer y el Dragón (no, no es este, es otro). Así que en esas andaba, seleccionando plantillas, colores y palabras cuando, como a las 11, tocaron el timbre. Una entrega! Mi Cámara!!!!! Llegó mi cámara!!!!!! Ya tengo nueva cámara!!!!! Está bien bonita! Se llama S 5 Pro y se apellida Fuji, como su predecesora. Es hermosa, ya la quiero con toda el alma. Pues si, le eché un ojo rápido, le puse a cargar su batería, la volvía a guardar, y a lo que estaba, nuevo el blog.

Después, como siempre, puntual a la una, vino la comida. Resulta que cada que Polly se va Merry, la encargada de la casa, aprovecha para cocinar lo que no le gusta a la dueña: caaarne! pueeeerco! Merry nos preparó un desayuno inglés para la comida -así como se lee, desayuna pa la comida- que me supo a gloria. Papas tiernas con hierbas finas, jitomates al horno con tocino de rancho (mmmm!), salchichas inglesas, frijoles dulces (si, agréguenle catsup y tendrán unos igualitos) y un huevo estrellado (porqué no).

Ya para la tarde-noche el día me había dejado mucho, pero faltaba crear este espacio (el otro blog lo abrí para poner historias, este será para contar lo que me pasa).

Y acá ando, acabando ya de noche, con los pies congelados y unas ganas por ir al pub que me matan!


Eso me pasa por ser yo

:)