Decía que me levanté animoso



Siempre me he sentido un tipo con suerte. No es petulancia, es simple confesión. Soy un hombre al que la vida le ha regalado “momentos”, un tipo al que le ha tocado estar en el lugar correcto con las personas adecuadas, un suertudo, pues. Pero últimamente ya no me agrada tanto la idea. Pienso, si en todos estos años la vida me ha regalada tanto, ahora es buen momento para regresarle algo.

Es la vida misma la que me trae aquí, al municipio de Felipe Carrillo Puerto, en Quintana Roo. Estoy en este lugar porque tengo una tercia de proyectos por concluir, todos ellos relacionados con gente y fotografía, es decir, muchos retratos. Retratos de niños, de gente en la calle, de jóvenes caminando, de trabajadores, de señoras haciendo de comer, de comunidades. He venido a retratar a gente de este lado porque, en principio, la revista Maya sin fronteras me confió la realización de sus imágenes, y ya después la directora de la revista, la estimada Graciela Machuca, me ha contactado con personas e instituciones a las cuales les han atraído mis proyectos. Así es como ahora trabajo en Carrillo Puerto.

De una caminata sale una idea, y de la idea sale una foto, que después es ilustrada con una frase, y luego frase y fotografía son impresas en la pared que vi por la mañana...