Click



Creo firmemente que la fotografía es una herramienta sobre valorada, recubierta de un halo sagrado llamado arte.

Créaseme o no, la fotografía es simple.

La inmortalización que crea una foto confunde a muchos, sugiriéndoles que ese hecho, en si, ya es arte. No necesariamente. Es como si aceptáramos que al trazar una figura o al decir una frase estuviéramos creando una obra de arte. No en todos los casos. Existe un gran trecho entre representación y figura artística.

Yo no encuentro gran diferencia entre fotografía y pintura, y a ésta última no se le confiere tanta faramalla. Simplemente quien es bueno pintando es un buen pintor y quien es malo ni se le menciona, y punto. Muy por el contrario, con la fotografía uno puede ser un consagrado con tan sólo registrar bellos paisajes, o colores intensos, o la vida diaria. De acuerdo, la vida es inmensamente bella, pero ¿A caso no hace falta interpretarla para llamar a eso arte? Resulta elemental tener una postura propia ante la imagen, de lo contrario la fotografía será un mero documento representativo, tal como una radiografía o un resonancia magnética. A mi me da un poco de pudor cuando alguien traduce un bello paisaje que he retratado en una obra de arte. No necesariamente. Para ser sincero la mayoría de las veces que he fotografiado un paisaje sólo me he sentido conmovido por lo que veo y entonces lo retrato. Acepto que ahí me pongo el traje de turista. La única diferencia entre el amateur y yo es que (algunas veces) yo poseo técnica y herramientas superiores, pero de ahí en fuera el impulso es el mismo. Hace falta un discurso, una postura frente a la imagen. Hagamos a un lado la técnica, ¿Qué es lo que hace buena una fotografía? Aquí caven todos los criterios como gente existe en este mundo. Una foto es buena si te mueve, punto. Y con ese “punto” pareciera que se acaban las discusiones y dilemas, pero muy por el contrario, se multiplican. No es lo mismo una disciplina artística a un gusto propio, no es lo mismo una afición a una profesión, pido de nuevo se traspase el problema a otra disciplina, como la arquitectura. En el Blog de Ojaral hay un post fantástico, Demoliciones, donde un hombre que sueña con catedrales decide construir una tomando como cimiento y estructura sólo su pasión y sueños. Ahí está el matiz, en el momento en que confundimos la magnesia con la gimnasia y decidimos que esa fotografía/fotógrafo que nos parece tremendamente buena la consagramos como un clásico. No necesariamente.

En estos tiempos en el que hacer fotografías se acerca cada vez más al simple hecho de ver (llegará el día en que con un solo parpadeo podamos tomar una fotografía), las imágenes demando algo más que simple estética y, al mismo tiempo, pide esta última que no se olviden de ella.

No se.