En la estación

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Cuando pasa un tren sin detenerse frente al andén, se siente una fuerza de furia que parece arrebatar algo, un ímpetu comparable al odio.
Inexplicablemente, a pocos segundo de haber pasado, llega la sensación de que aquella furia era necesaria y, entonces, se percibe un silencio renovador.
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1 comentario:

Tara dijo...

a veces pasa que las personas que contemplan semejante prodigio, con el tiempo, dudan de su existencia...
furia necesaria que renueva el ruido del mundo estático de la estación pero que, a la vez, es ajena a su realidad.