Dos niñas se habían calcinado dentro de su casa con la explosión de un tanque de gas.
Nadie se explicó cómo fue que se quedaron inmóviles frente a las llamas. Al apagar el incendio, dos bomberos las encontraron recostadas y abrazadas, como si estuvieran todavía durmiendo en su lecho mortal.

Las desgracias estallan sin razón.