O.O

Ayer por la noche me trepé al metro con destino a Wimbledon. Todo iba normal hasta que se subió la mujer de la mirada de asombro.

Tenía los ojos muy abiertos, abiertísimos, y ni por descuido los cerraba. Sin pudor disparaba su escrutinio hacia todos lados. No era muy guapa pero tenía una mirada llena de admiraciones, que ciertamente decía mucho, y no con palabras, sólo con admiración !!!!!!! clarito se podía escuchar que salía de sus ojos. Juro nunca me había encontrado con descaro más intimidante. Sus ojos de linterna deslumbraban a todo el que se le quedara mirando, y te hacía voltear hacia otro lado, y parecía que ese desvió lo aprovechaba para seguir devorando detalles a mil por hora. Ojos imposibles. Y yo sin cámara…

Bien me acuerdo que se bajó en Stockwell. El próximo viernes, como a las 10 de la noche me daré una vuelta para probar suerte, a ver si con cámara de por medio le puedo sostener la mirada.