Hace unos días fui a la firma de un convenio de no se donde con no se quién, politiquerías.
Para quien no halla asistido a un evento político en México (o en cualquier parte del mundo) se lo resumo: tedio.

Pero el hermoso pueblo en el que vivo crea mundos entre su gente, cielos y sueños que hacen soportar hasta los discursos más soporíferos. Entre la magia de los asistentes me encontré con este personaje



a fuerza de ser él dejé de ser yo. Se hizo conforme a su voluntad y fue fotografiado.